Luego de 27 meses de duración del proyecto, logramos culminar nuestro proyecto de protección climática en la zona de amortiguamiento del Área Protegida Bosque de Quinilla en beneficio de 60 familias. El objetivo era mejorar simultáneamente las condiciones de vida de los participantes del proyecto en los tres pueblos de Miguel Grau, Nuevo Control y Santa Flor ubicados en la provincia de Bellavista, en el distrito de Nuevo Lima, y motivarlos a lograr logros ambientales en materia forestal. proteccion. Aquí, en el valle de Bombonajillo, en el curso inferior del río Biavo, los pequeños agricultores, en gran medida marginados, todavía viven predominantemente de subsistencia, las conexiones con el mercado son difíciles y la infraestructura es deficiente. Se cultiva principalmente maíz, Sacha Inchi y frijol y se cría algo de ganado. Como residentes de la concesión de protección del bosque seco, uno de los últimos bosques en los que se conservan los codiciados árboles de madera dura de la Quinilla, también viven de y con el bosque. La relación entre los agricultores y los concesionarios no era la mejor antes de que comenzara el proyecto.
Nuestro proyecto pudo establecer viveros de árboles en cada una de las tres aldeas para cultivar árboles forestales y frutales. Se produjeron un total de 15.000 plántulas de quinilla. De ellos, 8.000 plantones se plantaron en el área protegida y del resto se reconstruyeron o reforestaron áreas microforestales adyacentes y también se instalaron parcelas agroforestales. Para mejorar los ingresos de las familias participantes en el proyecto, se les capacitó en apicultura y se les proporcionó colonias de abejas. Al finalizar el proyecto se cosecharon los primeros 600 kilos de miel. Se fundó una empresa conjunta que actualmente se ocupa de la comercialización conjunta de la miel. Las primeras tinajas se llenan y se venden en los mercados de los pueblos de los alrededores. En varias reuniones conjuntas con la asociación de concesionarios, los agricultores del proyecto discutieron opciones y necesidades eficientes para la protección de los bosques y mejoraron así sus relaciones con sus vecinos.
De este modo, el proyecto de bosque seco ha contribuido sustancialmente a alcanzar los siguientes Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS):
El uso medio mensual de los fondos fue de 4.400 euros. De esta manera pudimos ayudar de forma sostenible a un grupo objetivo de unas 300 personas, lo que corresponde a una inversión de unos 15 euros por persona al mes. El éxito del proyecto nos anima, junto con nuestro socio local DETEC, a continuar y, si es necesario, reforzar nuestra colaboración con los pueblos del valle del río Bonbonajillo.
Vídeo con comentarios de los participantes del proyecto
KMH – Gráficos/imágenes propios DETEC
